sábado, 20 de diciembre de 2014

Te despiertas un día y empiezas a pensar. ¿Estás bien? ¿Te va bien? ¿Las cosas van como quieres que vayan? ¿Eres feliz?
Todos sabemos que son preguntas difíciles de contestar, que a veces no queremos pensar en ellas porque sabemos que vamos a tener que contestar que no a alguna de ellas o en algunos casos a todas.
Quizás algún día consigamos contestar a todo. Que estamos bien, las cosas no podrían ir mejor y que somos más felices que nunca. 
Va a ser complicado, por no decir casi imposible, pero debemos intentarlo.
No podemos conformarnos con estar regular, que las cosas vayan más o menos bien o que no somos felices pero no nos podemos quejar. No.
No hay que conformarse con nada, debemos conseguir lo que queremos, aunque nos cueste toda la vida.
La vida no es un camino de rosas y desgraciadamente todos lo sabemos. Quizás a algunos nos vaya peor que a otros, pero aun así, la vida es difícil, pero aun así, nunca hay que rendirse. Rendirse siempre ha sido de cobardes.
Así que, por mucho que se compliquen las cosas, que pensemos que no podemos arreglar nada, que lo hemos perdido todo. La vida sigue, los problemas se solucionan de una manera o de otra y por mucho que cueste, tenemos que ser felices, es lo más importante.